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Letra
Te menciono a cada rato mucho más cuando no debo,
Tampoco debo extrañarte y vaya que lo estoy haciendo,
La costumbre se hace vicio, y al final lo he comprobado;
Hoy como un loco te quiero a mi lado.
Ya no se que extraño más, si tus manos o tu cuerpo,
O tal vez ese perfume que dejabas en el viento,
O ese beso que lograba todo el tiempo convencerme
Con lo bueno y con lo malo me has obligado a quererte.
Me dejaste acostumbrado, a tu forma de morder, A tus pleitos sin sentido y a lo suave de tu piel,
Y aunque sobra quien me ofrezca otros labios y otro amor,
No es lo mismo pues extraño tu calor.
Me dejaste acostumbrado, a tus celos sin razón,
A tu forma de insinuarte y devorarnos de pasion,
A lo tierna y lo salvaje que podías llegar a ser,
Era extraña tu manera de querer.
Tu sin mi no tienes nada que perder,
Pero yo perdí porque me acostumbré.
Me dejaste acostumbrado, a tu forma de morder,
A tus pleitos sin sentido y a lo suave de tu piel,
Y aunque sobra quien me ofrezca otros labios y otro amor,
No es lo mismo pues extraño tu calor.
Me dejaste acostumbrado, a tus celos sin razón,
A tus uñas en mi espalda y al sabor de tu sudor,
A lo tierna y lo salvaje que podías llegar a ser,
Era extraña tu manera de querer.
Tu sin mi no tienes nada que perder,
Pero yo perdí porque me enamoré.
Letra
Te menciono a cada rato mucho más cuando no debo,
Tampoco debo extrañarte y vaya que lo estoy haciendo,
La costumbre se hace vicio, y al final lo he comprobado;
Hoy como un loco te quiero a mi lado.
Ya no se que extraño más, si tus manos o tu cuerpo,
O tal vez ese perfume que dejabas en el viento,
O ese beso que lograba todo el tiempo convencerme
Con lo bueno y con lo malo me has obligado a quererte.
Me dejaste acostumbrado, a tu forma de morder, A tus pleitos sin sentido y a lo suave de tu piel,
Y aunque sobra quien me ofrezca otros labios y otro amor,
No es lo mismo pues extraño tu calor.
Me dejaste acostumbrado, a tus celos sin razón,
A tu forma de insinuarte y devorarnos de pasion,
A lo tierna y lo salvaje que podías llegar a ser,
Era extraña tu manera de querer.
Tu sin mi no tienes nada que perder,
Pero yo perdí porque me acostumbré.
Me dejaste acostumbrado, a tu forma de morder,
A tus pleitos sin sentido y a lo suave de tu piel,
Y aunque sobra quien me ofrezca otros labios y otro amor,
No es lo mismo pues extraño tu calor.
Me dejaste acostumbrado, a tus celos sin razón,
A tus uñas en mi espalda y al sabor de tu sudor,
A lo tierna y lo salvaje que podías llegar a ser,
Era extraña tu manera de querer.
Tu sin mi no tienes nada que perder,
Pero yo perdí porque me enamoré.
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